miércoles, 25 de enero de 2017

La mujer como aficionada al fútbol

En la cultura mexicana el fútbol tiene un lugar importante. Se considera el deporte nacional. Durante los mundiales una gran mayoría de personas están al pendiente de lo que sucede con la selección y el resto del año, en menor número de aficionados, se enfocan en lo que pasa en el torneo loca. Cada afición es diferente y se relaciona con significados y valores de cada equipo. En el caso del Club Deportivo Cruz Azul, se les relaciona con la clase trabajadora del país y con un ambiente familiar. 

Con el tiempo surgió la inquietud de entender porque, si la creencia general es que el fútbol es un espectáculo para hombres, hay un gran número de mujeres que llegan al estadio a disfrutar y a vivir el fútbol desde la tribuna.

Aunque se piense que las mujeres solamente van a los estadios a "sufrir" o por "complacer" a su pareja, muchas de estas mujeres van a vivir el fútbol de una manera diferente: desde la señora que va con la playera que le regaló el portero titular después de un entrenamiento y que no deja de seguir el partido parada en su asiento, gritando y festejando las acciones del equipo, hasta la joven que en el camino hacia el estadio, vestida con los colores del equipo lleva el ritmo de los cantos y tocando algún instrumento musical.

Dentro de las tribunas del estadio, y más específicamente en la zona de las porras/barras, tanto hombres como mujeres tienen permitido algunas cosas que en otro contexto podrían ser prohibidas por una conducta social: los hombres pueden llorar si el equipo pierde y la mujer grita malas palabras si el árbitro realiza una acción negativa para el equipo.

Robert Magazine, explica que "su presencia en un espacio público dominado por varones como el estadio es divertida y emocionante porque transgrede los límites de lo que se considera por lo general como una conducta apropiada y segura para las jóvenes.

Las mujeres de la porra/barra buscan conocer a los jugadores y entablar una relación de amistad con ellos, para sentir más cercanía al momento de apoyarlos desde la tribuna y en ocasiones, decir ilusionadas y bromeando que alguno de ellos es su novio, lo cual es una forma de transgredir las expectativas sociales impuestas a las mujeres. También, puede ser una demostración de igualdad y una respuesta a la actitud de agresión sexual que adoptan los integrantes hombres de la porra/barra cuando ven pasar a una mujer dentro o fuera del estadio, al provocar e insinuar cuestiones sexuales a las mujeres ajenas a su movimiento. Dentro de las relaciones de la porra/barra no existe agresión a las integrantes mujeres, se da una situación más equitativa de géneros que la relacionada con los individuos ajenos al grupo.

Ser aficionada es arriesgarse, a que lamentablemente, en una sociedad aún machista, meterse a un estadio es un deporte extremo, mismo que se asume con responsabilidad y que con el paso del tiempo, han aprendido mañas para cuidarse dentro de esos eventos.
Ser aficionada va más allá de irle a un equipo, es más bien SER de un equipo. Decir “yo no le voy al Cruz Azul (por decir algo), yo SOY de Cruz Azul”, y es que viéndolo desde la perspectiva del hemisferio derecho del cerebro, las mujeres son más emocionales, es por eso que entregan su tiempo, alma y corazón a nuestro equipo.
Ser aficionada es portar con orgullo una camiseta, y no usarla sólo por moda o por agradar a alguien. Ser aficionada es serle fiel a UN SOLO equipo, como si tuvieran una relación con éste, que en realidad sí la tienen.
Ser aficionada es que hagas del fútbol parte de tu vida, que sea una motivación, un desahogo de tus penas o problemas… Una alegría que dura 90 minutos más lo que agregue el árbitro.

martes, 24 de enero de 2017

Surgimiento del barrismo en México

En México siempre se vivió un ambiente colorido y muy familiar, pero en ocasiones frío en los estadios de fútbol. Se llenaban de banderas, cornetas y matracas, existían numerosas porras familiares, se vitoreaba cada "buena" jugada y esporádicamente se escuchaba alguna porra de aliento para el equipo. 


En 1996 el Pachuca contrató, por medio de Andres Fassi, a un grupo de barras argentinos, expertos en el tema, para que naciera la primer Barra en México, La Ultra Tuza. Ellos fueron quienes trajeron ese colorido que tanto se anhelaba en canchas mexicanas, las banderas, los trapos y el papel picado causaron furor y no tardó mucho en ser imitado por otros grupos formados en otros equipos. Hizo su aparición el 26 de Enero de 1996 en un partido de Copa entre el Pachuca y el América en el Estadio Hidalgo.

Posteriormente nace La Rebel en 1998 del Club UNAM, una de las más numerosa del país y con una existencia de casi 14 años, creada para innovar en la forma de animar en la tribuna universitaria, al mismo tiempo nace la Barra Rojiblanca de las Chivas del Guadalajara que posteriormente cambiaría su nombre a Legión 1908.

También en el norte en ese mismo año comienzan a aparecer barras, una de las más grandes, La Adicción que alienta a Club Monterrey comenzó a tener eventos de violencia junto con su contra parte los Libres y Lokos que apoyan a los Tigres, La afición de Tigres tiene el mote de ser "la mejor afición de México"

En 1999, nace la Monumental, la barra creada por el presidente del Club América, Javier Pérez Teuffer por la necesidad de acercar el club a la gente, ya que los noventa no fueron nada productivos para el cuadro de Coapa y la gente se alejada de la tribuna americanista, la barra tuvo éxito y pasó de nacer con 25 jóvenes a tener cerca de siete mil almas en el graderío y a tener fuertes enfrentamientos con La Rebel de la UNAM, La Legion 1908 del Guadalajara y años despues con La Sangre Azul del Cruz Azul.

Ese mismo año comenzarían a nacer más barras para distintos equipos como el Comando Rojiblanco del Club Necaxa quienes salen de la porra oficial del equipo, teniendo el apoyo de la directiva.


El barrismo en México trajo color y algo "diferente" para el fútbol mexicano, dejo atrás la frialdad en algunos estadios del país, sin embargo, también nos privo de cosas buenas que habían en el pasado, ya que debido a problemas relacionados a las barras, se han prohibido en prácticamente todos los estadios, el acceso con banderas (ya que no dejan meter palos) y así perdernos imágenes de estadios repletos que sin duda daban un gran color. 

El barrismo en México, para la opinión de su servidor, se ha visto estancado en los últimos años, algunos han tratado de innovar, sin embargo la FMF y en algunas ocasiones hasta los propios clubes, han apaciguado estos brotes de color y medios de apoyo. Por lo cual, el crecimiento y la necesidad de diferenciación para separarse de la copia que generó en un principio a las barras mexicanas ha sido mínima y no se ha podido conseguir un distintivo nacional en este ámbito. 


lunes, 23 de enero de 2017

Surgimiento de las Barras Bravas

Originalmente las barras bravas comienzan en Brasil, siendo conocidas con la palabra torcida. La primera hinchada fue la charanga de flamengo creada en 1942 por Jaime Rodríguez do Carvalho. La charanga llevó la música y los cánticos de las escuelas de samba a los estadios. En 1976 se crea una segunda Torcida del flamengo la que recibe el nombre de Raça Rubro-Negra. Después de la segunda guerra mundial un grupo de jóvenes croatas lleva el modelo brasileño a Europa y el 28 de octubre de 1950 se crea la primera barra brava Europea, copiando a los torcedores de Brasil, la torcida split . Desde ahí el movimiento se esparce a todos los balcanes e Italia para luego llegar al resto de Europa en años posteriores. En 1958 el fenómeno llega a Argentina donde fueron denominadas barra fuerte por el diario vespertino argentino La Razón en octubre de 1958, a raíz del asesinato policial del joven Mario Linker en el partido entre los clubes Vélez Sársfield y River Plate. El término barra brava aparece en Argentina, a comienzos de la década de 1960; en la década de 1980 el fenómeno llega a Chile, Paraguay y Perú, posteriormente su uso se fue extendiendo por otros países de América Latina. En Brasil son denominadas "torcidas organizadas", mientras que el término equivalente en Europa es hooligans o ultras.

Generalmente las barras bravas utilizan banderas, lienzos (llamados comúnmente "trapos") y diferentes instrumentos musicales con los que acompañan sus cánticos. También se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, que frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben ver el partido de pie.

Las barras bravas se han extendido, en diversos grados, desde Brasil a diferentes países de América (Uruguay, Argentina, Chile, Costa Rica, Guatemala, México, Paraguay, Colombia, Perú). 

Generalmente tienen su origen en parte de la juventud urbana donde se busca la pertenencia a un grupo determinado. Si bien existe una amplia variedad, las barras tienden a presentar ciertos rasgos comunes: exaltación de la fuerza, sentido del honor asociado con la capacidad de pelear y necesidad de re afirmación.

Tradicionalmente, se ha asociado a las barras bravas con la marginalidad urbana, y el consumo de alcohol y drogas. En una parte de América estas barras están conformadas por jóvenes entre los 14 y 25 años,mientras que en Europa, Brasil y Argentina los integrantes suelen ser de mayor edad, pues en estos países el fenómeno está más arraigado gozando de mayor aceptación social. En el resto de los países de América Latina estas barras han adquirido notoriedad progresivamente, al menos desde comienzos de la década de 1990.